Cuando la IA hace perder la razón a las bolsas

La fiebre inversora por la IA: de la disrupción al delirio

1. Introducción

El tercer trimestre de 2025 ha sido testigo de un fenómeno que muchos inversores veteranos empiezan a reconocer: una nueva ola de entusiasmo bursátil, protagonizada por la inteligencia artificial (IA) y por las grandes tecnológicas estadounidenses.

2. Resumen ejecutivo – La falta de racionalidad

“El mercado es un péndulo que oscila entre la euforia y el pánico; el punto intermedio es la racionalidad, pero casi nunca se detiene allí.” — Benjamin Graham

El mercado actual vive uno de esos momentos en los que la emoción ha sustituido al análisis. La fiebre por la inteligencia artificial ha desatado una ola de optimismo que ha llevado las valoraciones bursátiles a niveles históricamente extremos.

3. Lo irracional se ha instaurado

Estas cifras reflejan una “alegría inversora” que roza lo irracional, donde el capital fluye hacia promesas tecnológicas sin beneficios reales. Según el análisis de Horos, esta dinámica reproduce los síntomas clásicos de una burbuja de expectativas, impulsada más por la fe en el futuro que por los resultados presentes.

Las principales desarrolladoras de modelos de lenguaje (LLM) presentan incrementos vertiginosos en su valor de mercado, pese a no generar aún beneficios ni contar con modelos de negocio consolidados:

  • Perplexity: de 1.000 a 20.000 millones de dólares en menos de un año.
  • Anthropic (Claude): duplicó su valoración hasta 183.000 millones, tras captar 13.000 millones en seis meses.
  • xAI (de Elon Musk): se habría acercado a una valoración de 200.000 millones, aunque luego fue desmentida.
  • OpenAI (ChatGPT): alcanzó los 500.000 millones, superando a SpaceX como la empresa privada más valiosa del mundo.

4. La inversión descomunal en inteligencia artificial

Las grandes tecnológicas han cruzado su propio Rubicón: ya no hay vuelta atrás en su compromiso con la inteligencia artificial, aunque el resultado final sigue siendo incierto.

El término “estratosférico” se queda corto para describir el volumen de inversión que las grandes tecnológicas están destinando a la inteligencia artificial. Los llamados hiperescaladores —Amazon, Microsoft, Alphabet y Meta— han multiplicado por seis su gasto en cinco años, alcanzando los 365.000 millones de dólares, una cifra equivalente al 1 % del PIB de Estados Unidos y superior al presupuesto conjunto de la NASA, el Departamento de Energía y el Departamento de Estado.

A este torrente de dinero se suman las inversiones previstas por Oracle, que podrían alcanzar 100.000 millones de dólares entre 2026 y 2027, y su acuerdo histórico con OpenAI, valorado en 300.000 millones para contratar capacidad computacional entre 2027 y 2032.

La fiebre inversora continúa con movimientos estratégicos de los principales fabricantes de chips:

  • NVIDIA invertirá 5.000 millones en Intel y hasta 100.000 millones en OpenAI, asegurándose la venta de 10 gigavatios de capacidad computacional con sus GPU.
  • AMD ha cerrado un acuerdo similar con OpenAI, que contratará 6 gigavatios de capacidad basada en sus chips y podría adquirir hasta un 10 % de su capital.

En conjunto, estas cifras reflejan una apuesta sin precedentes: la industria tecnológica está invirtiendo a escala de Estados, transformando la infraestructura digital mundial. Sin embargo, Horos advierte que el desenlace de esta carrera no está garantizado. La magnitud de la apuesta puede cambiar la historia económica, pero aún no está claro si será beneficiosa para todas las partes: empresas, accionistas y sociedad.

5. Una anomalía creciente

“Me conociste en un momento muy extraño de mi vida.”
EL NARRADOR (“EL CLUB DE LA LUCHA”)

El mercado estadounidense parece una mezcla entre dos grandes burbujas del pasado:

  • Las Nifty Fifty (años 60-70), cuando se creía que bastaba con comprar las mejores compañías para ganar sin riesgo.
  • La burbuja de las puntocom (finales de los 90), impulsada por la fe en una revolución tecnológica inevitable.

Hoy, esas dos historias convergen: las grandes tecnológicas son las nuevas Nifty Fifty, y la inteligencia artificial es el nuevo internet.

1. Dos anomalías que definen el mercado

Concentración extrema

Las Siete Magníficas —Amazon, Microsoft, Apple, Alphabet, NVIDIA, Meta y Tesla— representan ya el 35 % del S&P 500, una concentración nunca vista en décadas. El destino del índice, y por tanto de la mayoría de los inversores, depende de lo que ocurra con apenas siete compañías.

Valoraciones históricamente elevadas

El S&P 500 cotiza a 23 veces los beneficios esperados, el nivel más alto desde la burbuja de las puntocom. Según J.P. Morgan, este múltiplo anticipa rentabilidades nulas o negativas a largo plazo. Otros indicadores —beneficios, ventas y EBITDA— sitúan al mercado en niveles comparables a 1929 y 2000.

2. Un fenómeno generalizado, no solo tecnológico

La sobrevaloración no afecta únicamente a las tecnológicas:

  • Consumo defensivo: Costco (45x beneficios) y Walmart (36x) frente a DIA (7x).
  • Restauración: McDonald’s (25x), Chipotle (31x), Starbucks (35x) frente a AmRest (7x).
  • Financieras: Mastercard (32x) y KKR (20x) frente a Ayvens (8x) o Petershill Partners (12x).

Incluso las 493 empresas restantes del S&P 500 (excluyendo las “Magníficas”) cotizan, de media, a 22 veces beneficios, frente al promedio histórico de 15 veces. Como subraya Howard Marks, esto significa que la sobrevaloración es sistémica, no concentrada.

3. Euforia bursátil y reacciones irracionales

Pese a las advertencias, el mercado sigue subiendo con fuerza:

  • El S&P 500 ha subido un 40 % en seis meses.
  • El Nasdaq-100 lleva seis meses consecutivos al alza, algo que solo ocurrió seis veces desde 1986.

Cada nuevo anuncio relacionado con la inteligencia artificial provoca saltos desmedidos en las cotizaciones:

  • Intel subió más del 50 % tras la entrada del gobierno estadounidense.
  • Oracle se disparó un 40 % tras anunciar su acuerdo con OpenAI, convirtiendo a Larry Ellison en el hombre más rico del mundo por un día.
  • AMD subió un 25 % al comunicar un pacto similar con OpenAI.

Lo paradójico, citando a Matt Levine (Bloomberg), es que OpenAI habría “creado” 35.000 millones de dólares en valor bursátil para AMD solo con un anuncio, y a su vez podría capturar buena parte de ese valor mediante los warrants incluidos en el acuerdo.

4. Exuberancia irracional 2.0

El conjunto de acuerdos firmados por OpenAI en 2025 ya supera el billón de dólares, una cifra simbólica que confirma el carácter desorbitado e insostenible de la euforia actual.

Concluimos que los mercados están reviviendo el mismo sentimiento de imbatibilidad que precedió a la burbuja de las puntocom.

Nos encontramos ante una “anomalía creciente”: un mercado donde la concentración, la valoración y la emoción se retroalimentan, empujando los precios mucho más allá de lo razonable.

Compartir: