POR UN SALARIO JUSTO Y REDUCCIÓN DE LA BRECHA ENTRE EL SALARIO DE LA PLANTILLA Y EL DE LOS BANQUEROS

Por un salario justo

POR UN SALARIO JUSTO Y REDUCCIÓN DE LA BRECHA ENTRE EL SALARIO DE LA PLANTILLA Y EL DE LOS BANQUEROS

Mucho exigir y poco dar. La brecha entre el sueldo que recibimos las personas que trabajamos en Ibercaja y lo que reciben los altos directivos es cada vez mayor.

Los altos directivos y consejeros de Ibercaja se han repartido cerca de 4,1 millones de euros en 2022. Sin embargo, se niegan a repartir parte del extraordinario beneficio de la entidad y a compensar el brutal aumento de la inflación en la retribución de los trabajadores y trabajadoras.

Cada vez nos exigen más a los empleados y empleadas, mientras que ellos se reparten los beneficios.

Se atreven, incluso, a justificar los beneficios obtenidos por “decisiones estratégicas” de la empresa, sin tener en cuenta que sin la plantilla, sin las personas que trabajamos en Ibercaja, no habría negocio posible. Es decir, somos los ejecutores de su estrategia y nos necesitan.

Sin embargo, no quieren pagarnos el incremento del coste de la vida, ni la sobrecarga laboral, ni el aumento de objetivos, ni mejorar los préstamos de empleados, ni poner carrera profesional para todos. Hemos conseguido que nos suban la parte fija de la retribución. Pero no es suficiente. Ni tampoco es justo. La plantilla vamos perdiendo poder adquisitivo, mientras que a ellos se les premia con bonus.

Además, los objetivos que nos imponen son cada vez más difíciles de conseguir, escatiman en el quebranto de moneda, no quieren facilitar el teletrabajo más que a una pequeña parte de la plantilla, no se paga el kilometraje a los compañeros y compañeras que se desplazan entre oficinas, no aumentan la retribución variable…

Y, todo ello, en un contexto en el que no podemos obviar que hay compañeros y compañeras con dificultades para llegar a fin de mes. De hecho, los jóvenes ya no quieren trabajar en banca, teniendo nuestra entidad en particular muchas dificultades para captar talento. Por un lado, por la imagen de los bancos que se ha ido devaluando, especialmente, en los últimos años. Pero fundamentalmente, porque no es un sector atractivo por sus retribuciones, ni ofrece teletrabajo, flexibilidad suficiente… etc.

Ante estas condiciones, en este 1 de MAYO reclamamos reconocimiento económico y personal. El primero, para capear la inflación que está por las nubes y no se refleja en nuestro sueldo. El segundo, para que se reconozca que somos la parte fundamental para lograr esos beneficios de los que tanto alardean y que no reparten.

 

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